Lince Canadiense
En esta entrada sobre el Lince de Cabárceno, comentaba lo alucinante que sería poder ver uno en libertad, no sabía que unos días más tarde en las Rocosas Canadienses iba a tener esa oportunidad. Nos lo encontramos de sopetón al doblar un recodo del camino, estaba sentado y nos observó durante unos instantes. Ascendió con paso calmado hacia una zona más elevada, donde se detuvo para echar un último vistazo, y de un salto se perdió en el bosque. Sin duda fue un momento de los que no se olvidan.