Las cascadas ejercen una poderosa atracción sobre la mayoría de nosotros. Es habitual encontrar en su entorno una nube de personas, ya sea haciendo fotos, o simplemente disfrutando de su vista. Conseguir imágenes que transmitan toda su fuerza y belleza, supondrá tener controlados una serie de puntos para los que conviene estar preparado.

Canon 40D, Canon 24-105 (35 mm), f11 1/1.3, ISO 100, filtro Vari N Duo, filtro degradado, trípode
LA LUZ
En este caso, las nubes serán nuestro mejor aliado, ya que ejercerán de filtro tamizandor de la luz. Fotografiarlas con un cielo despejado y en las horas centrales del día con el sol brillando en lo alto, producirá sombras duras que afean la imagen.
Cuando fotografío cascadas, busco sensaciones que difícilmente obtendré con la rudeza que transmiten las sombras duras. Una luz brillante produce colores desaturados y poco atractivos, además de reflejos indeseados que restan atractivo a la escena. Estos reflejos son particularmente molestos en las rocas húmedas y la vegetación típica que rodea a las cascadas.

Canon 40D, Canon 24-105 (85 mm), f11 25 seg., ISO 100, Filtro Vari N Duo, trípode