Nos encontramos este hermoso macho en un pequeño claro del bosque. Unos días antes le habiamos visto acompañado de un amplio grupo de hembras, pero un contrincante más poderoso le había arrebatado su harén.
La batalla le había dejado bastante debilitado y durante el tiempo que estuvimos observandole fue incapaz de ponerse en pie, e incluso se quedó dormido un buen rato.
Llevado por su instinto nos desafiaba mostrando su poderosa cornamenta, aunque muy probablemente tenía los días contados, ya que en su estado sería una presa fácil para los depredadores. Parece una historia triste, pero es el ciclo de la vida.